Sedientos de interacción 2.0
La
vida no es la misma de hace 10 años. Es increíble como las redes sociales se
volvieron parte de la cotidianidad, a tal punto que no tener una cuenta en las
plataformas más populares es, en cierta manera, como no existir. Una afirmación
que no parece tan desatinado o irracional como en realidad suena.
Soy millennials y,
obviamente, me considero fanático de la social media. Y a pesar de contar con
el internet más lento del mundo, muchos venezolanos compartimos el atractivo
por crear, compartir o difundir contenido en diversas comunidades virtuales.
Hobby que muchas veces se ve afectado debido a las limitaciones que todos conocemos
y sufrimos diariamente (clic aquí).
Pero nada de esto ha
sido impedimento para hacer vida 2.0, según datos de ElEstimulo.com en el 2016, en Venezuela 9 de cada 10
habitantes tiene una cuenta en Facebook y 7 de cada 10 tiene una en Twitter;
además, un 86% de los encuestados dice visitar constantemente YouTube y el 50%
asegura tener cuenta en Instagram.
¿Y cómo no? A parte del
entretenimiento, las redes sociales son el primer medio informativo del país y
nuestra vía para hacer catarsis en medio de tanto caos.
Adictos a la atención
En teoría, los fines
para el uso de las redes sociales pueden ser muchos: compartir noticias,
opiniones, seguir la vida de famosos, hacer negocios, dar a conocer una marca y
más. Sin embargo, hay una razón global y que todos tenemos en común: la
atención.
¿Y es que a quién no le
agrada tener muchos seguidores u obtener cierto número de likes, retuits y
shares? Muchos podrán decir que “no están pendiente de eso”, pero la verdad es
que si su contenido publicado no genera alguna interacción, o al tener pocas
notificaciones y mensajes en Whatsapp, muchos pueden sentirse molestos y hasta
ansiosos.
Por más que cueste
reconocerlo, todos hemos sido víctimas de las redes sociales en algún momento
de nuestras vidas. Yo lo he sido y lo admito. Pues el gusto por agradar, ser
reconocidos o buscar ser aceptados (de diversas maneras) es algo natural del
ser humano. Pero también es el miedo a la soledad y al aburrimiento lo que nos
hacen querer publicar fotos o comentarios que llamen la atención.
Nuestras maneras de
habitar, relacionarnos y expresarnos han cambiado gracias a las redes sociales.
Allí es donde debemos estar claros sobre el daño que nos hacemos. Volverse
dependientes de estas herramientas, más por ociosidad que por cualquier otra
cosa, es enfrascarse en un mundo irreal donde la gran mayoría quiere publicar y
transmitir una felicidad que, en el fondo, no existe tal y como la quieren
representar.
Netflix |
Black
Mirror sabe a dónde vamos
Justamente el primer
capítulo de la tercera temporada de Black Mirror llamado “Nosedive” refleja de
una manera singular y casi perfecta el estilo de vida 2.0, donde la poca autenticidad,
ansiedad e inseguridades juegan un papel protagónico.
En este episodio los
likes o retuits son sustituidos por estrellas y puntuaciones, es una especie de
sátira a la vida en redes sociales llevada a la sociedad como tal. Allí las
personas se puntúan unas a otras según sus interacciones personales o
virtuales, aspectos físicos y hasta la manera de saludar.
Lacie, el personaje
principal del capítulo, busca superar la puntuación 4.5 de 5 para poder optar
al apartamento de sus sueños y, lógicamente, presumirlo. Volverse una chica
popular es su más grande sueño. Nosedive es una exageración del sistema social
en una secundaria cualquiera o de los llamados “influencers”, con esa necesidad
de ganar seguidores e interacción mediante aspectos superficiales y vacíos.
Black Mirror tiene un
encanto increíble en todos sus episodios. Este en particular me hizo
reflexionar y terminé pensándolo bien, llegando a la conclusión que no es tan
descabellado pensar en la existencia de un futuro como este.
El capítulo y todas las temporadas de este fantástica serie están disponibles en Netflix y en diversos sitios de piratería on line. Espero lo vean y disfruten tanto como yo.
Muy acertado tu artículo, en cierta oportunidad vi un video en donde trataban parte de lo que esbozas acá; era sobre la vida ficticia de una chica que quería presumir a cada instante su fabulosa vida a través del social media, no obstante, su vida real y triste transcurria entre la monotonia y la soledad, cuestiones estas que definitivamente no tenían nada de divertido y menos glamoroso. En resumen, que bueno que haya gente joven como tú escribiendo sobre estos temas, ya que ayudas a entender que la gran mayoría de las veces es muy fácil dejarse llevar por las apariencias y más a traves de la tecnología, pues te permite suplantar con un "filtro" lo que realmente se es.
ResponderBorrarEn definitiva es un tema que se debe abordar, pues el uso de las redes sociales muchas veces se nos va de las manos y el daño psicológico no es normal. Maye, muy agradecido por tu comentario, celebro que te haya gustado esta entrada y espero sigas visitando el blog.
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